viernes, 7 de marzo de 2008

Sumitas

Hoy hice pastel de chocolate. Hace un poco más de siete meses que no me atrevía. Derretí el chocolate y la mantequilla a baño maría, batí huevo y azúcar, mezclé y agregué harina. Horno. Lo desmoldé y lo coloqué en un plato blanco y lo rocié con azúcar glass. Lo puse al centro de la mesa para esperar a que enfriara un poco. A fin de cuentas me costó mucho trabajo cortar la primera rebanada, honor reservado a alguien que disfrutaba mucho ésta receta. El simple olor me llenó la cabeza de recuerdos.
Y pasan las horas y se hacen días. Y semanas. Y meses.
En los últimos tiempos ha hecho cambios que jamás pensé posibles. No sé hacia dónde va mi vida, pero se nota que tiene prisa por llegar. No estoy muy segura que me agrade el resultado final, pero por el momento, me dejo llevar viendo el camino por la ventana.
Si algún día me tengo que reir de ésto, por favor que llegue pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi el olor del pipian me hace estragos tambien, hasta el de la paella, ese olor con el que prácticamente naci... un dia me cuentas y me das a probar de tus recuerdos con el pastel ok? un abrazo
Beto.